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Rotura de ligamento cruzado anterior: una de las lesiones más frecuentes de la rodilla

Dr. Nazareno Pivas - Servicio de Ortopedia y Traumatología 

 

El ligamento cruzado anterior es uno de los principales estabilizadores de la rodilla. Su función consiste en mantener la articulación en su lugar, evitando un desplazamiento hacia adelante.

La ruptura de este ligamento es una de las lesiones más frecuentes de la rodilla y, al no cicatrizar por su cuenta,  en muchas oportunidades necesita ser reparado.

¿Por qué es tan frecuente esta lesión en pacientes jóvenes?

La gran mayoría de las roturas se produce en pacientes jóvenes porque el 75% de las lesiones ligamentarias son deportivas, mientras que sólo el 25% restante obedece a algún trauma.

Estas lesiones deportivas se originan por una mala mecánica, una rotación inadecuada de la rodilla.

¿Cómo darme cuenta que tengo una lesión ligamentaria?

La descripción de todos los pacientes que tuvieron una rotura de ligamento cruzado anterior es similar. Al estar practicando un deporte, jugando al fútbol, corriendo o caminando, sienten que la rodilla «se les va» y, acto seguido, experimentan un dolor muy intenso.

Otras señales habituales que pueden indicar una ruptura ligamentaria son el ruido que se escucha en la rodilla y la hinchazón en la zona, producto del derrame articular.

Por último, otro síntoma común en los días posteriores es que el paciente tiene impotencia funcional, es decir, no puede apoyar el pie sin dolor ni doblar completamente la rodilla.

¿Hay alguna forma de prevenir este tipo de lesiones?

Al ser lesiones provocadas por malos mecanismos, lo que el paciente puede comenzar a tener en cuenta son los factores externos, como por ejemplo el estado de la cancha donde practica deporte o el calzado que utiliza. Estos pueden predisponer en mayor o menor medida a que la persona realice un movimiento inadecuado.

También existen otro tipo de factores intrínsecos al paciente, como el tamaño corporal o la fuerza que tiene en las piernas. Muchos juegan al fútbol una vez por semana y probablemente puedan correr sin dificultades, pero no tienen la tonicidad muscular para contener una posible lesión en la rodilla. No están bien entrenados y no tienen una buena elongación.

Sobre este segundo tipo de factores es sobre los cuales podemos trabajar, entrenando bien y fortaleciendo la musculatura. Cuanto más trabajado esté el paciente menos probable es que se produzca una lesión. También podemos aconsejarlos para que elijan un calzado adecuado, elonguen y  entren en calor, todos factores que ayudan a prevenir una lesión de ligamentos cruzados.

Por último, no hay que dejar de lado otro factor inherente a cada persona sobre el cuál no tenemos injerencia: su composición genética. Hay algunos que son más elásticos que otros y eso varía las posibilidades que tienen de lesionarse.

¿Qué debo hacer si siento que me lesioné los ligamentos?

Lo primero que se debe hacer al sentir algo raro en la rodilla es dejarla quieta y luego inmovilizarla. Hay que evitar apoyar el peso del cuerpo y aplicar hielo sobre la zona.

Inmediatamente el paciente tiene que acudir a un centro médico para que un profesional determine que tipo de lesión es. Es importante acudir en forma urgente a una guardia, ya que lo primero que se descarta es que no haya una fractura, ya que de ser así, requiere una resolución inmediata.

Si el paciente se rompió el ligamento cruzado anterior, el objetivo es desinflamar la rodilla, la operación no es urgente. De hecho, algunos estudios determinan que cuando se opera de urgencia es contraproducente porque aumenta el riesgo de que la rodilla quede con una rigidez mayor a la normal. Lo mejor es esperar aproximadamente un mes para que la rodilla no tenga hinchazón, tenga movilidad completa y el paciente no sienta dolor. Una vez que se cumplen esos tres criterios se programa la intervención quirúrgica.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico está compuesto por tres aspectos inescindibles.

El primero es el clínico, que se obtiene luego de escuchar la narración del paciente acerca de las sensaciones y la forma en que se produjo la lesión.

Después viene el examen físico, que es la revisación de la rodilla, donde se busca detectar si hay inestabilidad y si la función del ligamento está conservada. Para ello existen distintos tipos de test, en el hospital usamos el cajón anterior, la prueba de lachman y el pivot shift. Los tres son estudios orientativos.

Por último, también se llevan a cabo estudios con imágenes como radiografías o resonancias magnéticas, para descartar lesiones óseas.

¿En qué consiste el tratamiento?

Para el tratamiento de la rotura de ligamento cruzado anterior hay dos opciones iniciales, operar o no.

Como la mayoría de los pacientes son jóvenes activos y deportistas, habitualmente se opta por el tratamiento quirúrgico para evitar lesiones más graves. Estas se generan debido a que otras articulaciones empiezan a cumplir la función ligamentaria sin estar preparadas para ello.

En la operación se reemplaza el ligamento por un tendón, rotuliano o isquiotibial. En ambos caso se hace por vía artroscópica.

Pero no todos los pacientes necesitan operarse. Hay personas mayores de 40-45 años, que no practican deportes habitualmente, sedentarios, que con una buena rehabilitación y un buen fortalecimiento muscular logran una evolución satisfactoria.

Igualmente, esto depende mucho de cada individuo. Hay algunos que a pesar de la edad avanzada sienten mucha inestabilidad y deciden operarse de todos modos.

¿Cómo es la rehabilitación?

Primer mes

La cirugía sólo implica un día de internación. Luego se coloca una férula para inmovilizar la rodilla por cuatro semanas y durante las primeras dos se utilizan muletas para trasladarse.

Durante este primer período el paciente sólo realiza ejercicios suaves de movilización.

Segundo mes

  • Ejercicios de movilidad con una carga suave de peso
  • Caminar

Tercer a cuarto mes

  • Aumentar la carga de peso
  • Gimnasio
  • Ejercicios de fortalecimiento muscular más intensos

Cuarto a sexto mes

  • Sentadillas
  • Ejercicios de fortalecimiento
  • Trote en línea recta

Sexto a séptimo mes

  • Correr en línea recta
  • Correr en zig-zag

Alta

Cuando el paciente recupera el 85% de fuerza con respecto a la otra pierna se le otorga el alta deportiva.

¿Tengo mayores chances de lesionarme la otra rodilla?

No, no hay un riesgo mayor. Lo que generalmente ocurre es que sienten molestias porque la otra rodilla tiene una sobrecarga de peso. Para ello se hace un trabajo muscular sobre ambas.