Fabiana: paciente recuperada de cáncer de mama

Una mañana de finales de verano me estaba poniendo protector solar y noté una pequeña protuberancia en mi mama derecha. Tan pequeña que casi pasaba inadvertida.

Luego de realizarme los estudios correspondientes, se confirmó mi diagnóstico: carcinoma. Hice radioterapia y, por cinco años, tuve que hacer hormonoterapia.

Y aquí quiero hacer un punto. Cuento estos detalles con la experiencia de haberlos atravesado sin dramatismo. No por morbo, sino para que sepas que, si te toca transitar esta enfermedad, podés hacerlo con total hidalguía.

Nunca me pregunté: “¿Por qué a mí?” Cómo tampoco me lo pregunto cuando me pasan cosas maravillosas en mi vida. Muchas veces reclamamos ante las dificultades, pero creemos que todo lo bueno nos lo merecemos por naturaleza.

El cáncer de mama tiene como principal factor de riesgo ser mujer. Yo no estaba dentro de ninguna de las estadísticas ni de los factores de riesgo.

Por eso, quiero trasmitirte estos consejos:

Ocupate de tu salud. Conocé tu cuerpo; no hay nadie mejor que vos para descubrir cualquier anomalía. Una vez al mes, hacé tu autoexamen mamario frente al espejo.

Una vez al año, hacé tus controles por imágenes, si tenés más de 30 años. Cuánto antes se detecte esta enfermedad, mayores son las chances de curarla.

Y esto es verdad.

Agradezco profundamente al Hospital Alemán y a todo su equipo, quienes supieron contenerme y ayudar a la detección precoz de mi enfermedad.

Fue por ellos que me sentí segura y cuidada en todo momento, sabiendo que estaba en las mejores manos. Les debo la vida.

Ojalá estas palabras te sirvan, o sirvan a una amiga, hermana, madre, esposa, que esté atravesando un cáncer como éste que afecta directamente la esencia femenina.

Yo lo pasé. Mi vida nunca será igual. Ahora es infinitamente MEJOR.

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