La gripe es una enfermedad infecciosa producida por un virus denominado influenza. En líneas generales es benigna y dura aproximadamente entre 7 y 10 días, con un período previo de incubación de entre 48 y 72 horas.
El grupo conformado por los niños menores de dos años es uno de los que tiene mayor riesgo de presentar complicaciones o internaciones, ya que la respuesta del sistema inmune se encuentra disminuida frente a las infecciones.
Los más comunes son:
También puede sentir:
Generalmente es muy difícil diferenciarlos ya que hay muchos cuadros virales similares a la gripe que pueden producir los mismos síntomas. Estos virus no son de tipo influenza, pero igualmente son muy frecuentes en esta época del año. Para despejar dudas lo mejor es siempre recurrir a su médico de confianza.
Lo primordial es la higiene, tanto del niño como de los objetos o muebles con los que puede estar en contacto.
Es fundamental enseñarle al niño la importancia del lavado de manos, y que comprenda que al toser o estornudar debe taparse la boca con el codo, no con la palma. Para la limpieza de los muebles se debe usar alcohol.
La otra forma de prevención muy eficaz es la vacunación.
A partir del 2011 se incorporó en el calendario nacional de vacunación la vacuna trivalente en forma gratuita, para los chicos de 6 a 24 meses. Esta los protege contra el virus influenza tipo A H1N1, el virus tipo A estacional H3N2 (el más común), y el influenza tipo B.
Antes de los 6 meses no está recomendado, no porque sea peligroso, sino porque a esa edad la inmunidad de los niños no responde adecuadamente a la vacuna.
Sí, siempre se aconseja vacunar, más si son niños que van al jardín, o conviven con personas que puedan contagiarlos.
Una vez al año, en la época del otoño. La campaña empieza en marzo y finaliza el 30 de junio. La primera vez que se vacunan (entre los 6 meses y los 9 años) deben darse 2 dosis con una diferencia de un mes. Luego es sólo una dosis por año.
Como primera medida hay que consultar al pediatra de cabecera. Para la fiebre se sugieren antitérmicos como el paracetamol o el ibuprofeno. No se deben dar descongestivos o antitusivos, ya que algunos están contraindicados para determinado tipo de pacientes.
Luego de un par de días hay que estar atento a las posibles complicaciones. Si el niño persiste con mucha fiebre (38, 39 grados), sigue con dificultades para respirar o está agitado, hay que consultar rápidamente.
No. Tienen que comer la comida habitual, tal como lo venían haciendo. Si son bebés, hay que mantener la lactancia materna. En caso de que se sientan mal y no quieran comer, no se debe obligarlos, pero si es fundamental mantenerlos hidratados,
No, es totalmente normal.
Depende de la edad del paciente. Si es un nene pequeño que recién empieza el jardín, lo más probable es que todos los meses tenga fiebre y se enferme, por el hecho de que en el colegio tiene mayor exposición a los gérmenes.
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