La leche materna proporciona los nutrientes necesarios para el bebé, pero cuando decimos “Fundamento de vida” nos referimos a que ayuda a desarrollar la inteligencia y las capacidades de lenguaje, de conocimiento, además de protegerlo de enfermedades infecciosas y crónicas.
La lactancia materna genera el vínculo afectivo entre la madre y el bebé. Esto se logra por tener un estrecho contacto inmediato después de parto (tener al bebé en contacto piel a piel), esta relación íntima hace sentir a la madre satisfecha y emocionada.
Al amamantar, se altera el metabolismo de las mujeres y esto ayuda a regular los niveles de insulina y se estimula la pérdida de peso, lo que contribuye a disminuir la probabilidad de desarrollar problemas de presión arterial.
Se ha descubierto que una proteína de la leche materna llamada leptina podría funcionar en la prevención de la obesidad, el sobrepeso y por ende otros padecimientos relacionados como la diabetes. Esta proteína no está presente en la leche de fórmula.
Las investigaciones realizadas muestran numerosos beneficios tanto para las madres como para el bebé. La lactancia materna, además, ayuda a reducir el riesgo de sufrir cáncer de mama o de ovarios.
No podemos hacer responsable por completo a la subestimación de la lactancia materna por la expansión de epidemias globales. Pero es cierto que necesitamos implementar estrategias de promoción de la lactancia materna con fines de salud pública mundial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), advierte que se deben tomar acciones puntuales al respecto, evaluando que se diseñen políticas relacionadas a la malnutrición por esta causa, algo que, según ellos, se realiza tan solo en un 36% de los países asociados al Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna. El objetivo de esta organización es frenar el aumento de casos de sobrepeso y crecer en cuanto a la cantidad de niños lactantes en el mundo.
La leche materna es la mejor alimentación enteral precoz que se le pueda proporcionar al prematuro por su composición única, la mayor biodisponibilidad de sus componentes, sus propiedades inmunológicas y la presencia de enzimas, hormonas, protección frente a las enterocolitis necrotizante y factores de crecimiento.
Se fomenta la lactancia materna colocando al bebé en contacto piel a piel con la madre el mayor tiempo posible. Hasta que el bebé consiga la maduración y el reflejo de succión deglución, lo que muestra que está en condiciones de comenzar con la succión del pecho.
Principalmente sentirse segura, acompañada, ofrecer alimentación a libre demanda (sin horario, promedio cada tres horas) en un ambiente tranquilo y confortable. Ponerse en una posición cómoda anatómicamente, y en ese espacio colocar al bebé, (panza con panza) colocar el pezón y areola en la boca del bebé con los labios evertidos, sostener la succión por 10 minutos (o hasta que el bebé suelte el pecho) y ofrecerle del otro lado. Estar atenta a los indicios de alimentación del bebé, los demuestra succionándose las manos, comiéndose y reflejos de succión.
Si estamos sosteniendo una lactancia a libre demanda, el bebé regulará la cantidad de flujo lácteo a ingerir. De esta forma, no hay posibilidades de sobre alimentarlo para que se duerma.
Para crear el vínculo afectivo que se sostendrá durante toda la vida, al punto de que como adultos repetimos esta hermosa experiencia con nuestros hijos.
En nuestra institución se trabaja constantemente en estos temas, desde sala de partos hasta el alta de la internación conjunta, posteriormente atendiendo las consultas externas. Estamos totalmente convencidos de los importantes benéficos de La Lactancia Materna, para el binomio, familia, sociedad.
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