La fibromialgia pertenece a un grupo de trastornos de dolor crónico generalizado que afectan los músculos, ligamentos y los tendones sin poder identificarse anomalías visibles en estos sitios. Se cree que factores físicos o emocionales pueden jugar un rol importante en el desarrollo de dicha enfermedad generando un cambio en la percepción del dolor, un fenómeno denominado «sensibilización central».
Al igual que el Síndrome de Fatiga Crónica, la fibromialgia también refiere mucho cansancio, trastornos del sueño, dolores de cabeza y trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad.
El dolor es el síntoma principal, presentándose de forma generalizada, crónica y persistente. Se describe como un dolor muscular, profundo, acompañado de rigidez, ardor o sensación pulsátil. Varía en intensidad y se ve agravado por ciertas condiciones, como la ansiedad o el estrés, la falta de sueño, el ejercicio, o la exposición al frío o la humedad. Al principio los dolores musculares aparecen en las zonas aledañas al cuello y luego tienden a extenderse.
El cansancio forma parte de la sintomatología, especialmente al despertar y en la mitad de la tarde, agravada por esfuerzos menores e inactividad prolongada. Los pacientes se sienten rígidos en la mañana y sienten como si no hubieran descansado.
Puede haber síntomas psiquiátricos como depresión y ansiedad y síntomas neurológicos como cefalea, entumecimiento, hormigueos y ardor en brazos y piernas. Así como trastornos cognitivos se manifiestan como problemas con la atención y dificultad para hacer tareas que requieren cambios rápidos de pensamientos.
Para poder identificar tempranamente a los pacientes que sufran de fibromialgia, es fundamental una historia clínica detallada, un examen físico completo y la realización de análisis de sangre, que permitan excluir afecciones con síntomas similares.
El Colegio Americano de Reumatología (ACR) ha desarrollado criterios diagnósticos de FM en 1990. Los mismos requieren la presencia de:
Es fundamental la educación del paciente con respecto a la enfermedad, su significado (reforzar la idea de que se trata de una enfermedad real y de naturaleza benigna), remarcar la importancia de hábitos de sueño para mejorar los síntomas.
El ejercicio regular aeróbico como caminar, nadar o andar en bicicleta, ha demostrado ser útil para reducir el dolor muscular y mejorar la fuerza muscular.
Los programas de fortalecimiento muscular también parecen mejorar el dolor, disminuir el número de puntos sensibles, y mejorar la fuerza muscular en las personas con fibromialgia.
Las terapias de relajación en algunos pacientes pueden ayudar a aliviar ciertos síntomas. Finalmente, como paso siguiente y ante la persistencia de síntomas, se utiliza la terapia farmacológica.
El rango de población más afectado es el de mujeres entre 20 y 55 años. Incluyendo También la posibilidad de que los familiares de estas pacientes desarrollen los mismos síntomas.
¿Cuál es la relación entre Fibromialgia y la fatiga crónica? Y, ¿qué diferencias existen entre ellas?
Ambas enfermedades son más frecuentes en mujeres, sin embargo dicha diferencia entre géneros es más marcada para la fibromialgia.
Algunas diferencias entre ellas puede ser que:
El Servicio de Clínica Médica del Hospital Alemán recomienda el abordaje de estos padecimientos en base a una atención individualizada que contemple las preferencias de cada paciente y su adecuada información respecto a los beneficios y perjuicios de los estudios y tratamientos que se le propongan.
Creemos que es importante destacar que el agrupamiento de múltiples síntomas, rasgo característico de esta enfermedad, ayuda no solo a que los pacientes se identifiquen con un diagnóstico específico, sino que también facilita a los médicos clínicos su asistencia, aunque tan solo sea dando un tratamiento sintomático, evitando que circulen y sean medicados por múltiples especialistas a la vez.
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