Info Salud HA

¿Qué es la cesárea?

¿Qué es la cesárea?

Es una intervención quirúrgica en la cual se realiza una incisión en el abdomen (laparotomía) y el útero de la madre para extraer uno o más bebés.

Dicha intervención tiene sus orígenes en la historia humana desde las cesáreas post mortem ya conocidas y practicadas en la antigua Roma, tal y como se contemplaba en la Lex Caesarea: una mujer que muriese durante el embarazo tardío debía ser sometida a esta intervención con la finalidad de intentar salvar la vida del feto.

El primer dato que se tiene de una mujer que sobrevivió a una cesárea fue en Alemania en el año 1500. Se cree que Jacob Nufer, un castrador de cerdos, le hizo esta operación a su esposa tras una prolongada labor. La mayoría de las veces, el procedimiento tenía una alta mortalidad. Viajeros europeos en la región de los grandes lagos de África observaron durante el siglo XIX secciones cesáreas que eran efectuadas de forma regular. La madre expectante era normalmente anestesiada con alcohol y se usaba una mezcla de hierbas para mejorar la recuperación.

La OMS suele recomendar su uso cuando un parto vaginal podría conducir a complicaciones médicas, la cual debiera ser utilizada sólo en un 15 a 30% de los casos.

¿En qué casos se realiza?

A los fines prácticos, dividiremos las indicaciones de cesárea en maternas, fetales y que tienen que ver con la placenta y el cordón.

Origen materno:

  • Alteraciones de la pelvis de la madre que afecten el canal de parto de distintos orígenes.
  • Obstrucciones del canal pelvigenital por tumores benignos (fibromas) o malignos (cáncer del cuello uterino).
  • Enfermedades severas, a saber: hipertensión grave e irreductible, que pone en riesgo la vida materna, eclampsia (convulsiones en el parto), enfermedades pulmonar o renal severas, secuelas de una antigua diabetes sin tratamiento que produzca un bebé muy grande y débil.
  • Falta de contracciones uterinas o exceso de ellas, que no responden al tratamiento con medicación, embarazo que se prolongue más allá de las 42 semanas de gestación y no responda a la inducción o provocación del parto.
  • Infecciones activas por herpes virus, con localización genital.

Origen fetal:

  • Anormalidad en la posición del feto (niño atravesado en la pelvis de la madre).
  • Primer bebé en presentación pelviana (“de cola»), tanto en gemelares como en parto único.
  • Presentación de frente o de cara (con la cabeza doblada hacia atrás).
  • Gigantismo del feto (peso estimado en 4.500 gramos o más) que pueda producir al momento de nacer un traumatismo de su hombro con consecuente parálisis del miembro superior.
  • Presencia de anomalías o tumores fetales que dificulten el nacimiento.
  • Prematurez por rotura prematura de las membranas.
  • Retardo del crecimiento dentro del útero.
  • La muerte fetal habitual, previa al nacimiento en partos anteriores.

Origen en placenta o cordón:

  • Placenta previa (la placenta se sitúa delante del niño).
  • Desprendimiento de la placenta de su lugar de inserción previo al parto.
  • Envejecimiento de la placenta, hemorragias e infartos.
  • El diagnóstico ecográfico de inserción anormal de la misma, llamado «acretismo placentario».
  • Circulares del cordón «ajustadas» al cuello fetal, brevedad real del cordón, nudo real del mismo, alteraciones en su inserción en la placenta. Cada una de estas alteraciones y/o la combinación entre ellas o con otras varias enfermedades, conducen al «sufrimiento fetal”.
  • La presencia de «cicatrices de operaciones previas» (varias cesáreas anteriores o cirugías uterinas previas al embarazo en los dos años previos) y antecedentes de rotura uterina, son condicionantes de graves daños maternos, con hemorragias cataclísmicas muchas veces sin solución.

Además de una variada gama de enfermedades tanto maternas como fetales producen las indicaciones relativas de la operación, es decir, que si no se solucionan hay que intervenir a favor del binomio madre-hijo.

Por otra parte, se debe aclarar las trombofilias no son un impedimento para que la paciente tenga un parto vía vaginal si la misma se encuentra bien controlada al momento del parto.

Si se tuvo una cirugía uterina o cesárea previa, ¿se puede tener un parto vaginal ulterior?

En la medicina todo es dinámico y este caso no es la excepción. La posibilidad de parto vaginal está abierta pero no en todo los casos, se debe tener en cuenta: el tipo de intervención quirúrgica realizada previa, el tiempo entre la cesárea previa y el momento del parto, si presenta o no síntomas que puedan llegar a sugerir que la zona de la cirugía previa este sufriendo una rotura o debilitamiento. Todo esto se dialoga de manera personalizada con su obstetra a sabiendas de que existe la posibilidad de un parto vaginal.

¿Se puede programar la cesárea en caso de optar por ésta vía de parto?

Durante los controles obstétricos, su médico siempre deberá mostrarle cuáles son las indicaciones médicas de la cesárea y cuáles son sus pros y sus contras en caso de realizarse sin una indicación específica. Teniéndose presente que la analgesia intraparto es hoy por hoy sumamente efectiva y se encuentra como una estrategia médica a la mano para un mayor confort de la madre.

Debe tenerse en cuenta que, aunque el parto vía vaginal también lleva implícito algunos riesgos de complicación, la cesárea al ser una laparotomía siempre trae consigo más riesgos y un mayor tiempo de recuperación que el parto, encontrándose en algunos casos mayor incidencia de dolor en la cesárea.

El obstetra brindará el asesoramiento adecuado para tomar una decisión que sea bipartita y brinde seguridad del paciente obteniéndose un resultado satisfactorio.

¿Puede el padre estar presente durante la cesárea?

Sí, durante la cirugía el padre puede realizar acompañamiento hasta el momento del nacimiento, logrando tener un contacto directo con la madre y el recién nacido, lo que genera mayor tranquilidad en la paciente y un lazo empático mayor desde el primer minuto con su hija y/o hijo.  

¿Qué cuidados tiene en el puerperio una cesárea y qué diferencia tiene con los del parto normal?

En su gran mayoría los cuidados serán los mismos, salvo por algunas excepciones que se detallan a continuación:

  • Pérdidas por genitales externos sanguinolentas que duran aproximadamente 1 mes. En dicho tiempo se debe prestar atención a que los mismos sean escasos y que no presenten mal olor.
  • Las mamas comienzan a ser productivas durante las primeras horas del puerperio, las mismas pueden presentar en algunos casos signos de infección (eritema, dolor, fiebre, cambios de temperatura de la mama) ante lo cual debe consultarse de inmediato.
  • Los miembros inferiores pueden edematizarse durante el puerperio hasta la regularización completa de los medios de homeostasis cardiovasculares centrales y periféricos. Debe prestarse atención si es de predominio unilateral, asociado a dolor o cambios de coloración de alguno de los miembros.
  • En el caso del parto, si el mismo presentó intervención del perine (episiorrafia) debe realizarse lavado con agua y jabón externo por lo menos una vez al día, siempre teniendo presente que el dolor intenso, secreción purulenta de la zona, dehiscencia de los puntos es causal de consulta.
  • En el caso de la operación cesárea siempre debe cuidarse la herida quirúrgica. La misma debe lavarse con agua y jabón desde la parte superior, sin manipular la zona incidida. Además debe tenerse en cuenta para consulta inmediata signos de infección tales como: eritema, secreción purulenta, dolor.

Se pedirá no realizar ningún tipo de baño de inmersión, no sostener relaciones sexuales durante el tiempo que duren las pérdidas, no utilizar tampones en ninguno de los dos casos. La deambulación y actividades básicas no están contraindicadas en los mismos.