Prof. Dra. Margarita Larralde - Dra. Virginia Mariana González - Servicio de Dermatología
Los repelentes de insectos son sustancias químicas que, aplicadas sobre la piel, producen alteración de las terminales olfativas del insecto, alejándolo y evitando su picadura.
Los más efectivos son los que contienen dieill toluamida, cuyas siglas son DEET. Su concentración varía según la presentación. Actualmente existen presentaciones en crema, spray, vaporizador y otras.
La duración de la protección depende de la concentración del componente activo. Por ejemplo, un producto con DEET al 10% protege durante 3 hs. aproximadamente y al 25% suele persistir por 6 horas.
En los niños pueden usarse productos a base de citronella.
¿Cómo usar los repelentes de insectos?
- Aplíquelo sobre la piel expuesta y sobre la ropa de tejidos delgados (el mosquito puede picar a través de ella).
- No lo coloque debajo de la ropa.
- No es necesario cubrir toda la piel para que sea eficaz.
- No aplique el repelente sobre la piel lastimada o irritada.
- No lo aplique en niños menores de 2 meses (usar mosquiteros y/o repelentes ambientales).
- No lo utilice en el primer trimestre del embarazo.
- Cuando su formulación sea en aerosol o vaporizador:
- Rocíe en lugares sin ventilación
- No lo rocíe cerca del fuego por el riesgo de incendio y quemaduras
- No lo rocíe directamente en la cara (colóquelo en su mano y luego distribúyalo con cuidado por el rostro).
- No permita que los niños se lo coloquen sin ayuda de un adulto.
- No aplique cerca de los ojos, la boca o manos de niños pequeños.
- No lo coloque más seguido de lo necesario.
- No es conveniente aplicarlo sobre telas o superficies de goma porque las daña.
- No lo utilice en formulaciones combinadas con protectores solares ya que disminuyen su eficacia frente al sol. Además, el protector solar requiere ser reaplicado cada 2 a 3 horas, y al volver a colocar el producto combinado, se puede producir toxicidad por el repelente (incluso convulsiones).