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Todo sobre las várices

Dr. Roberto Rivas - Servicio de Flebología 

¿Qué son las várices?

Las várices son venas que sufrieron dilataciones, tortuosidades o alargamientos. Generalmente se ubican en el sistema venoso superficial de las piernas, y son la alteración venosa más común: más 20% de la población la padece.

Además, la enfermedad varicosa es “crónica” por lo que probablemente, a pesar de que el paciente se realice tratamientos efectivos, con el tiempo aparezcan nuevas venas afectadas. Habitualmente se dice que “vuelven”, pero en realidad son várices nuevas. Es por eso que la prevención es fundamental.

¿Qué factores influyen para que aparezcan?

  • Genética: es el principal factor. Las personas que tienen predisposición genética tienen altas probabilidades de tener várices
  • Sexo: las mujeres tienen mayor predisposición. Pero hay que dejar en claro que también puede afectar al sexo masculino.
  • Edad: el 70% de las personas mayores de 70 años tienen várices.
  • Embarazo: más del 50% de las embarazadas sufren várices.
  • Bipedestación prolongada: aquellas personas que tienen trabajos en los cuales deben permanecer mucho tiempo parados (Ej: mozos, azafatas, peluqueros, cirujanos)
  • Inactividad Física
  • Obesidad
  • Alteraciones de la estática del pie
  • Debilidad de las paredes venosas (alteraciones anatómicas)

¿Cómo puedo hacer para prevenirlas?

  • Usar medias de sostén o medias de descanso.
  • Realizar actividad física. No es necesario que se sobreexija, con una simple caminata (40-45 min al día) alcanza, ya que los músculos de la pierna actúan como una bomba periférica impulsando la dilatación de las várices
  • Evitar el exceso de peso.

¿Hay una edad promedio en la que aparecen?

No. Puede afectar tanto a jóvenes adolescentes como a ancianos, pero las consultas son más frecuentes entre los 30 y los 50 años.

aranitas

¿Cuáles son las señales más comunes de la aparición de várices?

Por lo general la evolución de las várices es secuencial. En un principio aparecen dilataciones de poca intensidad, con una repercusión principalmente estética, que en muchos casos no progresan ni generan mayores síntomas.

En una segunda etapa, las personas con várices comienzan a experimentar cansancio y pesadez en las piernas luego largas caminatas, o de pasar mucho tiempo de pie. También empiezan a sentirse dolores e hinchazón en los tobillos y las pantorrillas. En este período son más frecuentes los calambres y la aparición de prurito (picazón).

Posteriormente aparece pigmentación en la piel, generalmente en la parte interna de la pierna, y la picazón se hace más intensa, manifestándose en durezas y piel atrofiada.

En un estadio más avanzado, aparece la consecuencia final de las alteraciones mencionadas: la úlcera cutánea, localizada generalmente en la parte interna del tobillo.

Las várices que no son tratadas tienen mayores posibilidades de sufrir complicaciones.

¿Cómo es el tratamiento?

Actualmente la enorme mayoría de los tratamientos son mínimamente invasivos, incluyendo la cirugía. Esta no debe considerarse como algo peligroso, complejo o sólo aconsejable en última instancia. La intervención quirúrgica tiene indicaciones precisas y adecuadas que no son reemplazables por otros tratamientos. La cirugía “convencional” es un concepto que asusta mucho a los pacientes y en realidad ha evolucionado mucho, siendo actualmente un procedimiento mínimamente invasivo.

Los procedimientos complejos, que requieren intervenciones más agresivas y post-operatorios más prolongados en cuanto a la recuperación, se aplican sólo ante enfermos con patologías venosas determinadas, cada vez menos frecuentes gracias a la mayor conciencia que existe de la importancia de la prevención.

El procedimiento habitual consiste en evaluar detalladamente al paciente, establecer cuál será el tratamiento adecuado, y cuántas sesiones serán necesarias. Esto implica realizar una serie de estudios con especialistas en diagnóstico por imágenes, en donde se pone el foco principalmente en la evaluación dermatológica, ya que no todas las pieles responden de la misma manera.

tratamientos

¿En qué consisten los cuidados post-operatorios?

En las operaciones de aquellas várices habitualmente denominadas “arañitas”(es decir, aquellas que no comprometen a las venas safenas ni a las perforantes) no es necesario hacer suturas, ya que sólo se realizan micro-incisiones menores a 1-2mm. Este tipo de procedimientos no requieren internación, y suelen hacerse con anestesia local o con una sedación.

Luego de la operación sólo se le realiza un vendaje de los miembros tratados, que el paciente podrá quitarse luego de 24 – 48 hs. y realizar una vida absolutamente normal. Las únicas indicaciones son evitar la práctica deportiva por 10 días y no exponerse al sol por 2 meses para evitar pigmentar la piel.

La reinserción a la actividad laboral es de 3 a 4 días para aquellas personas que deben estar mucho tiempo paradas. Los que trabajan sentados, por ejemplo, en una oficina, pueden ir al día siguiente.

En el post-operatorio se forman hematomas (de distintos tamaños) que se reabsorben espontáneamente en un período de 2 semanas a 2 meses. Pueden aparecer “durezas” en las zonas de hematomas, que de la misma manera se resuelven en ese período.

No suele ser doloroso, pero eso es muy particular en cada paciente, generalmente lo refieren como “golpes” con posteriores “moretones”.

En las intervenciones quirúrgicas para tratamiento de venas safenas o perforantes afectadas, se interna al paciente unas horas ya que necesita anestesia general, pero habitualmente se le otorga el alta el mismo día.

El post-operatorio es igual que en la microcirugía pero habitualmente requiere mayor período de reposo y el vendaje se utiliza más días.