Cómo el exceso de colesterol afecta nuestra salud
El Dr. Claudio Higa, Jefe del Servicio de Cardiología y la Unidad Coronaria del Hospital Alemán, nos cuenta lo que debemos saber sobre el Colesterol, y su injerencia en nuestra salud en general, y cardiovascular en particular.
El Colesterol es un tipo de lípido (grasa), esencial para el funcionamiento del cuerpo, para la fabricación de hormonas y membranas celulares. Pero puede transformarse en un inconveniente a partir de momento que, mediante la activación de una información genética, se altera el control de su producción ocasionando que se acumule en el organismo.
También, sus niveles en sangre pueden aumentar cuando se consume en exceso alimentos con contenido graso, por tener sobrepeso, sedentarismo, diabetes o incluso por el efecto de determinados medicamentos.
Esta acumulación de Colesterol afecta principalmente la circulación sanguínea. Cuando tenemos el colesterol muy elevado, este se deposita en las paredes de las arterias (conductos transportadores de sangre) formando una placa, que puede crecer y tapar muchos puntos de circulación, perjudicando a órganos como el cerebro, el corazón o los riñones, así como a las piernas, entre otras partes del cuerpo que pueden verse afectadas.
A este colesterol que se deposita en las paredes arteriales, se lo conoce como “malo” (denominado LDL). Actualmente, se le da más importancia al LDL por este mecanismo directo de daño, más que a la relación colesterol total sobre colesterol bueno.
La población de mayor riesgo es aquella que presenta antecedentes de muerte súbita en la familia. Es decir, las personas que tienen padres jóvenes fallecidos y tienen más de 55 años, en el caso de los hombres; y más de 60 años, en el caso de las mujeres.
Otro grupo de riesgo con predisposición son personas con sobrepeso, diabetes, que sean sedentarias y/o fumadoras.
En caso de sospecha de hipercolesterolemia familiar, hay que determinar el colesterol LDL aun en los más chicos. El mismo se puede descubrir a través de un análisis genético a los miembros de la familia.
A temprana edad, se manifiestan por manchas en la piel (cambios de la pigmentación), cambios en la vista (en la córnea), o depósitos de grasa en la piel.
Por otra parte, es importante conocer que los niveles elevados de colesterol no se sienten durante mucho tiempo. Es posible que no se presente ningún síntoma hasta que haya una obstrucción total que desencadene un accidente vascular.
El dolor fuerte de pecho, la parálisis de brazos o piernas son los síntomas de colesterol alto.
A la vez, lo primero que suelen experimentan las personas con colesterol alto diagnosticado, es el efecto colateral de una medicación, como las estatinas, que se utilizan para regularlo.
Esto resulta un problema universal, ya que produce una falta de adherencia a la medicación, es decir su abandono. Por lo que, cuando no es tolerable, se debe volver a consultar a su médico, para modificar la dosis o cambiar de fármaco.
Además de las estatinas, el tratamiento debe constar también de una dieta saludable baja en contenido de grasas y ejercicio físico. Estos factores ayudan a prevenir los casos más graves de secuelas de colesterol.
Es importante no perder de vista que el tratamiento tiene que ser sostenido en el tiempo, ya que estos hábitos y medicamentos corrigen un mal funcionamiento, pero no lo curan.
La secuela de accidentes vasculares puede afectar la vida de los pacientes en lo laboral, familiar y social. Por esta razón. quienes trabajamos en las Unidades Coronarias, así como profesionales de Cardiología en general, deseamos resaltar la importancia de normalizar los niveles de colesterol, para que este enemigo silencioso no llegue a producir consecuencias graves o irreversibles en nuestra vida.
Por todo lo antedicho, ante antecedentes familiares conocidos de colesterolemia, resultados de análisis clínicos que detectan niveles altos de colesterol, o sospechas relacionadas con hábitos poco saludables, es importante consultar con un especialista.
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