¿Qué es la Diabetes?
La diabetes es una enfermedad metabólica que resulta de niveles elevados de glucosa en la sangre. Este exceso de azúcar es provocado en la mayoría de los casos, por la incapacidad del organismo de producir suficiente insulina o de usarla de manera efectiva. Además, es una condición crónica, lo que significa que una vez diagnosticada, es de por vida. Sin embargo, con un control adecuado las personas pueden llevar una vida saludable y prevenir complicaciones.
Tipos de Diabetes
- Diabetes tipo 1: El páncreas produce poca o ninguna insulina. Suele aparecer en la infancia o adolescencia, pero puede desencadenarse en cualquier edad y su tratamiento requiere insulina y un control diario de los niveles de glucosa.
- Diabetes tipo 2: Es el tipo más común, especialmente en adultos, y se produce cuando el cuerpo desarrolla resistencia a la insulina o no la produce en cantidades suficientes. Cabe mencionar que, en los últimos años, la prevalencia de la diabetes tipo 2 aumentó notablemente en todo el mundo debido a factores como el sedentarismo y la obesidad.
- Diabetes gestacional: Aparece durante el embarazo y está relacionada con cambios hormonales que dificultan la acción de la insulina. Generalmente, desaparece después del parto, pero la madre puede llegar a tener un gran riesgo de desarrollar este tipo de diabetes más adelante.
- Otros tipos específicos: Existen otras formas de diabetes causadas por enfermedades o tratamientos que afectan el páncreas o la producción de insulina, por eso siempre es importante consultar con un profesional.
Tratamiento y control de la diabetes
Hay diferentes tratamientos para la diabetes, pero se pueden destacar cinco pilares fundamentales para tener en cuenta:
- Peso: Mantener un peso adecuado es esencial y debe considerarse en el tratamiento de pacientes con sobrepeso.
- Alimentación: Seguir un plan de alimentación saludable ayuda a controlar los niveles de glucosa y es importante para todas las personas, más allá del peso.
- Ejercicio físico: La actividad regular mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a controlar el peso.
- Automonitoreo: Monitorear los niveles de glucosa permite realizar ajustes en el tratamiento. Esto es especialmente relevante para pacientes en tratamiento con insulina, aquellos con diabetes gestacional, y otros casos indicados por el médico.
- Medicación: En algunos casos, es necesario recurrir a medicamentos orales o insulina para controlar los niveles de azúcar en sangre (siempre bajo receta de un profesional).
- Educación en diabetes: Comprender cómo manejar la diabetes es clave para prevenir complicaciones.
Además, la Dra. Lozano Bullrich destaca la importancia de diferenciar entre prevención primaria y secundaria:
- Prevención primaria: Dirigida a quienes no tienen diabetes, consiste en modificar factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios. Esto implica adoptar un estilo de vida saludable y ajustado a cada persona.
- Prevención secundaria: Para quienes ya tienen diabetes, el objetivo es prevenir complicaciones mediante el control de los niveles de glucosa y el seguimiento médico continuo.
La Doctora concluye: “Hablar sobre tus inquietudes y cómo prevenir la diabetes es un primer paso muy importante. Un profesional puede ayudarte a establecer un plan de acción personalizado según tu historia clínica y otros factores de riesgo”.
Cuidar de nuestra salud es una decisión diaria, y tomar medidas a tiempo puede marcar una gran diferencia en la prevención y control de la diabetes. Por eso, mantenernos informados es esencial.