marzo 2020

Vuelta a clases

Cómo acompañar a los chicos en el proceso de adaptación a la escuela

Vuelta a clases

Dra. Alejandra Tomasi | Servicio de Pediatría del Hospital Alemán

Volver al colegio implica dejar el juego libre y reducir el tiempo en casa con la familia, para comenzar una rutina disciplinada, donde existen momentos para estudiar y momentos para descansar y jugar. Implica también poder aceptar consignas y responder a la demanda de los maestros.

Este cambio de “tiempo de vacaciones” a “tiempo de ir a la escuela” requiere una adaptación progresiva, con tiempos diferentes e individuales de acuerdo a la edad, maduración y situación emocional. En un primer momento generalmente el niño se desordena e invierte el ritmo de sueño, tardan varios días en acostumbrarse a despertarse y dormirse temprano.

Es importante destacar que la escuela es un sitio estimulante, un lugar de encuentro con sus amigos y pares. Y es por ello que probablemente sientan deseos de empezar el colegio y terminar las vacaciones, sentimientos que ayudan notablemente al proceso de adaptación.

¿Qué hacer en caso de que les cueste adaptarse?
Primero es importante evaluar cuál es la causa. A veces los niños no son lo suficientemente maduros para afrontar esta etapa, o están preocupados por situaciones familiares, mientras que otras veces el ambiente escolar les resulta hostil. Una vez comprendidos los motivos se puede intervenir adecuadamente.

Luego, para ayudarlo en la adaptación, es importante darle contención afectiva, no  enojarse e ir planeando una inclusión progresiva que le permita sentirse seguro y confiado en la escuela.

¿Qué problemas puede ocasionar un cambio de colegio?
Cada niño lo vive de forma muy personal. No siempre coinciden sus sentimientos con los de los padres, por ello resulta importante respetar y conocer la experiencia del menor, para poder acompañarlo de la mejor manera. Es relevante a su vez determinar cuál fue la causa por la cual se decidió el cambio de colegio. Por ejemplo, si fue por un problema económico, o por separación de los padres, la situación puede estar impregnada por la crisis de la familia, por lo que el foco deberá ponerse allí.

Para que el cambio sea más transitable, hay que lograr un diálogo con el niño, explicarle el motivo del cambio y escuchar qué piensa y siente. A la vez, es importante que el niño no sienta que el cambio representa una pérdida de los vínculos que valoraba. Asegurarle que va a continuar viendo a sus amigos si lo desea y que a su vez va a conocer nuevos compañeros suele tranquilizarlo.

La educación, formación y acompañamiento que un niño recibe en la escuela es tan importante como la de su hogar. Dentro de los espacios que nos quedan para compartir con ellos, debemos escucharlos, contenerlos, ayudarlos e incentivarlos para que puedan aprovechar al máximo su etapa escolar.