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¿Cómo elegir anteojos de sol?

Por la Dra. María Florencia Cortinez, del Servicio de Oftalmología del HA.

 

¿Debo ir a un médico previamente o puedo comprar cualquier tipo de anteojo?

Lo correcto es realizar primero un examen visual para que un médico oftalmólogo determine si corresponde llevar corrección óptica en el anteojo de sol o no.

 

¿Cómo elegir la forma del cristal adecuada?

Depende de si el anteojo lleva o no aumento. Si no lleva, podemos elegir tanto los rectos como aquellos de forma envolvente. Estos últimos deben ser evitados si el anteojo lleva aumento, ya que al curvarse, el material genera un efecto de distorsión óptica que genera incomodidad, mareos e intolerancia al anteojo.

 

¿Cómo elegir el tono del lente?

El anteojo debería ser oscuro, sobre todo si lo vamos a utilizar en la playa. Por lo tanto es importante que detenga las ¾ partes de la luz solar visible.

Una prueba sencilla para comprobarlo es colocarse el anteojo y pararse a 60 cm. de un espejo: si es lo suficientemente oscuro, no deberíamos poder ver nuestros ojos.

Tenemos que tener en cuenta que aquellos con vidrios de colores (rosados, violetas, celestes) no cumplen esta función.

El otro punto de interés e importancia es el referido al filtro UV. El anteojo debería poder filtrar el 99% de los UVB y UVA. Ningún cristal puede ofrecer un 100% de protección, por lo tanto, hay que evitar aquellos que lo prometan o que exhiban leyendas poco específicas como “protegen de los UV perjudiciales”.

 

¿Qué complicaciones puede traerme usar anteojos comprados en un quiosco o en la calle?

Dado que los materiales no son de calidad, la distorsión que generan esas lentes en la imagen puede generar síntomas como náuseas y mareos, cansancio visual y cambios en la percepción de los objetos. Es importante destacar que estas molestias ceden al dejar de usarlo.

Sin embargo, los problemas más importantes son los derivados de la escasez o ausencia de un filtro UV adecuado: con el tiempo, el daño acumulado por la radiación UV favorece la aparición de catarata a edades tempranas y maculopatía, que pueden afectar significativamente la capacidad visual del paciente y no siempre son pasibles de un tratamiento exitoso.