El monóxido de carbono es un gas tóxico, incoloro, inodoro y no irritante.
Al ingresar en nuestro organismo, este gas ocupa el lugar del oxígeno, dejando a la sangre sin la posibilidad de ofrecerle oxígeno a nuestros tejidos, generando la intoxicación.
Las intoxicaciones por monóxido de carbono aumentan en la época invernal, ya que aumenta el uso de elementos domésticos que liberan este gas, como estufas, calefones, hogares a leña, calderas, termotanques y braseros.
Para profundizar sobre esta temática, le realizamos algunas preguntas a la Dra. Silvana Malnis, del equipo del Servicio de Neumonología del Hospital Alemán:
¿Cuáles son los síntomas de la intoxicación?
El síntoma más común es el dolor de cabeza, pero también se puede sentir fatiga, malestar, náuseas y vómitos, sensación de hormigueo en las extremidades, irritabilidad, debilidad emocional, somnolencia, dificultad para pensar y baja presión.
¿Qué hacer si creo estar intoxicado?
Lo primero es salir del lugar donde se produjo la intoxicación y lograr aireación. Luego, hay que llamar al centro de emergencias más cercano para recibir lo más rápido posible oxígeno en altas concentraciones, y que ocupe el lugar del monóxido en el cuerpo.
¿Qué puedo hacer para prevenirlo?
Ante todo, siempre dejar ventilados los ambientes en donde haya elementos que generen combustión como pueden ser una estufa o un calefón. No importa que sean nuevos o funcionen bien, igualmente generan monóxido de carbono.
Otros consejos importantes para tener en cuenta:
Dra. Silvana Malnis – Servicio de Neumonología del Hospital Alemán