Toda mujer debe familiariarse con la apariencia y la textura de sus mamas, para esta manera poder detectar cualquier cambio que se produzca. El hallazgo y la pronta consulta ante la presencia de cambios en las mamas, brinda una mejor oportunidad de tratamiento y una disminución en el riesgo de muerte.
El autoexamen mamario no presenta mayores dificultades y aquella mujer que decide hacerlo debe ser adecuadamente instruída por el profesional. En la mujer que aún menstrúa debe realizarse entre el día 7 y 10 del primer día de la última menstruación. En la paciente menopáusica se debe realizar una vez al mes, siempre el mismo día.
Si bien el autoexamen mamario lleva a que la mujer se examine en forma periódica las mamas, no existen diferencias estadísticamente significativas respecto a la mortalidad por cáncer de mama.
El cáncer de mama se puede prevenir: Informate!
El tejido mamario está constituido por glándulas productoras de leche llamadas lóbulos, y conductos que conectan a los mismos con el pezón. El resto de la mama la componen el tejido graso, el tejido conectivo y el tejido linfático.
El cáncer de mama es una enfermedad que causa el crecimiento descontrolado de las células del tejido mamario, que eventualmente lleva a la formación de un nódulo o tumor. La mayoría de los nódulos son de características benignas, no crecen en forma descontrolada y no ponen en riesgo la vida.
Algunos cánceres son denominados in situ, porque están confinados a los conductos (carcinoma ductal in situ) o a los lóbulos (carcinoma lobulillar in situ). La mayoría de los tumores malignos de mama son de carácter invasor o infiltrante. Éstos cánceres comienzan en los conductos o los lóbulos, pero atraviesan la pared ductal o glandular e invaden el tejido circundante.
La seriedad y el pronóstico de la enfermedad, se encuentran fuertemente influenciadas por la extensión de la misma al momento del diagnóstico. De acuerdo al tamaño del tumor (T), al compromiso de los ganglios linfáticos de la axila (N) y de la presencia o no de metástasis (M) se determina el estadío de la enfermedad, siendo el estadío I el más temprano y el estadío VI el más avanzado.
Muchas han sido las explicaciones acerca de los posibles agentes productores del cáncer de mama, como son la utilización de corpiños con aro, el uso de anti-transpirantes o la colocación de prótesis mamarias, para lo cual no existe evidencia que demuestre un incremento en el riesgo de cáncer de mama asociado a estos productos.
Los factores de riesgo conocidos como ser: edad, historia familiar, edad al primer embarazo, llevado a término, edad al inicio de la menstruación, menopausia tardía y mayor densidad mamaria, no son fácilmente modificables. Otros, sin embargo, como: la obesidad (especialmente luego de la menopausia), alcoholismo, la utilización de tratamientos hormonales de reemplazo en la menopausia, el sedentarismo, sí lo son, y son sobre estos factores sobre los cuales uno debe actuar para una mejor prevención.
A pesar del hecho de ser mujer, la edad constituye el factor de riesgo más importante. Menos del 1% de los cánceres mamarios ocurre en mujeres menores de 25 años. Luego de los 30 años hay un marcado incremento de la incidencia. Excepto por una pequeña meseta entre los 45 y 50 años, la incidencia aumenta en forma constante con la edad.
El 20% de las mujeres que desarrollan cáncer de mama, tienen una historia familiar de la enfermedad. Los antecedentes familiares de cáncer de mama, especialmente de primer grado (madre, hermana o hija) incrementar el riesgo de desarrollar cáncer, siendo aún mayor si mas de un familiar de primer grado desarrolló cáncer de mama y aumenta en forma inversamente proporcional a la edad a la que se diagnosticó la enfermedad. Aproximadamente un 5 a 10% de todos los cánceres de mama tienen una base hereditaria, es decir vinculable a la genética.
Las mutaciones genéticas mas comunes son las que se producen en los genes BRCA 1 y BRCA 2. Los estudios demuestran que mujeres con mutaciones en el gen BRCA 1 tienen un riesgo estimado del 65% de desarrollar cáncer de mama y aquellas con mutaciones en el gen BRCA 2 un 45%.
Las hormonas reproductoras, responsables entre otras funciones, de la regulación del ciclo menstrual, juegan un papel importante en el riesgo de desarrollo de cáncer de mama, mediante su capacidad de estimular la proliferación y el crecimiento celular. Situaciones como el inicio de la menstruación (menarca) antes de los 12 años, la menopausia tardía (después de los 55 años), el primer embarazo llevado a término luego de los 30 años, llevan a una exposición mas prolongada del cuerpo a dichas hormonas, aumentando así el riesgo de desarrollar cáncer.
La lactancia demostró disminuir el riesgo de cáncer de mama, siendo mayor el beneficio cuanto más largo sea el período de lactancia. Los estadíos tempranos del cáncer mamario no suelen presentar sintomatología; por eso la importancia de realizar controles periódicos. Cuando el cáncer creció a un tamaño tal que se puede palpar, el síntoma mas común es precisamente ése: un nódulo que se palpa y no duele. Otros síntomas menos frecuentes son: dolor mamario (mastalgia), sensación de pesadez, cambios en la forma y/o el tamaño de la mama (enrojecimiento, retracción de la piel), secreción por el pezón, retracción o inversión del pezón.
Hasta hoy no existe la fórmula que garantice la prevención del desarrollo del cáncer de mama. Es por eso que hay que disminuir aquellos factores que implican un riesgo. La estrategia consiste en modificar aquellos riesgos que son modificables tales como: evitar el aumento excesivo de peso corporal y la obesidad, especialmente en la postmenopausia, minimizar el consumo de alcohol y realizar ejercicio físico.
El diagnóstico precoz de cáncer de mama se sostiene sobre dos importantes pilares:
– El diagnóstico por imágenes.
– El examen clínico.
La mamografía demostró ser el procedimiento más efectivo en la detección temprana del cáncer de mama, permitiendo diagnosticar el 80-90% de los cánceres el la mujer joven, años antes de que aparezcan síntomas. Esto se traduce en un mayor éxito en el tratamiento.
Si bien la gran mayoría de las mujeres en el momento del screening mamario no tienen cáncer, un 5-10% tienen una mamografía anormal o no evaluable, por lo que se requieren otros estudios imagenológicos que complementen a la mamografía. Entran aquí en juego la ecografía mamaria y, en menor medida, la resonancia nuclear magnética. Se recomienda una mamografía anual a partir de los 40 años, no existiendo una edad tope a partir de la cual se discontinúe el control mamográfico.
El examen mamario consiste en inspeccionar la mama en busca de alteraciones en la piel (enrojecimiento, engrosamiento, piel de naranja, etc.), la forma, el tamaño y la simetría, así como de palpar las mamas y las axilas, para identificar la presencia de nódulos, su forma, textura y localización.
Cáncer de mama, no necesariamente significa mastectomía:
Toda mujer con diagnóstico de cáncer de mama, en algún momento, recibe algún tipo de tratamiento quirúrgico. El tipo de operación depende de varios factores como el tamaño, la localización y el tipo de tumor, entre otros.
Dentro de las cirugías conservadoras encontramos: biopsia radio-quirúrgica, tumorectomía, cuadrantectomía.
Cáncer de mama no necesariamente significa la resección de todos los ganglios de la axila (linfadenectomía): En la gran mayoría de los casos se realiza el estudio del ganglio centinela. Se trata de un procedimiento mediante el cual se localiza el primer ganglio al cual drena el tumor, mediante la inyección de una colorante en conjunto o no con una sustancia radioactiva. Ese ganglio se manda a estudiar durante el mismo acto operatorio y, de presentar invasión tumoral, se procede a la realización de la linfadenectomía. Este procedimiento permite reducir en forma significativa las complicaciones postoperatorias que acarrea la linfadenectomía.
En muchos casos el tratamiento quirúrgico no es suficiente y es necesario completarlo con un tratamiento que puede ser mediante la aplicación de rayos (radioterapia), la quimioterapia y/o el tratamiento hormonal, dependiendo del tipo de tumor, el grado de invasión local y a distancia.
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