Es el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Un conjunto de síntomas que surgen cuando el sistema inmunológico, debilitado por el VIH, permite la aparición de ciertas enfermedades, llamadas «oportunistas”.
Es el Virus de Inmunodeficiencia Humana, el cual afecta al sistema de defensas del organismo, llamado sistema inmunológico.
La función del sistema inmunológico es proteger al ser humano de las enfermedades. El VIH ataca a las células conocidas como Linfocitos T CD4, que participan de la función de dar el alerta al resto del sistema inmune sobre los gérmenes extraños que entran al cuerpo, para que los destruya. Si éstos fallan, es posible que distintos microbios (bacterias, virus, parásitos y hongos) que normalmente no afectarían la salud provoquen enfermedades.
Una persona que vive con VIH tiene el virus en su cuerpo. Vivir con VIH no necesariamente implica haber desarrollado síntomas o enfermedad, pero sí es posible transmitir el virus a otras personas.
Se necesita una cierta cantidad de virus para infectarse, esto ocurre en todas las enfermedades infecciosas. El VIH se encuentra en todos los líquidos orgánicos de una persona infectada: sin embargo, sólo la sangre, el líquido preseminal, el semen, los fluidos vaginales y la leche materna presentan una concentración suficiente como para producir infección.
El virus ingresa al organismo a través de la piel solamente si ella se encuentra lesionada, o a través de las mucosas, que es esa pielcita finita que recubre los orificios naturales (ojos, fosas nasales, boca, la puntita del pene (glande), la vagina y el ano. El virus logra atravesar la mucosa aunque ésta esté sana.
Resumiendo podemos decir que las formas más frecuentes de contagio son:
Raramente aparecen síntomas que se puedan atribuir directamente al virus. Lo habitual es que la persona presente síntomas relacionados a algún otro microorganismo con el que se haya puesto en contacto. La disminución de sus defensas permite que contraiga enfermedades con mayor facilidad que una persona no infectada..
Toda persona que se exponga a situaciones de riesgo sin la protección adecuada.
Hay muchas vacunas en estudio pero ningún resultado certero por el momento. Se estima que, no antes de cuatro ó cinco años, haya novedades respecto de las investigaciones que se están llevando a cabo.
Hay tratamientos que convierten a la enfermedad en cuadro crónico: el paciente no tiene síntomas y puede llevar una vida normal. La medicación no se inicia en el momento que se detecta el virus sino cuando la inmunidad del paciente llega a un punto tal que hace temer enfermedades oportunistas en el corto plazo. Medicar al paciente desde el inicio pareciera no ser necesario y lo expondría a una toxicidad a largo plazo aún desconocida debido al corto tiempo que las drogas tienen en el mercado.
Gracias a los nuevos tratamientos, muchas personas seropositivas tienen una vida más larga y saludable.
Quien es VIH + debe, al igual que todos, tratar de llevar una vida sana, lo cual incluye:
En caso de mantener relaciones sexuales: Usá el preservativo correctamente y consistentemente (desde el comienzo hasta el final de la relación sexual) en todas tus relaciones sexuales, ya sean vaginales, anales u orales. Evitá los lubricantes al aceite porque disminuyen la resistencia del látex. Mantené los preservativos en lugares frescos y no abras el envoltorio con los dientes
En caso de utilizar drogas inyectables: No intercambies ni compartas agujas y jeringas.
En caso de estar embarazada: debés realizarte el análisis de VIH con el primer control de tu embarazo. Si el resultado es positivo, podés disminuir el riesgo de infectar a tu bebé con tratamiento. Seguramente te aconsejarán suspender la lactancia.
Una de las formas de transmisión, denominada transmisión vertical, es cuando la madre contagia a su bebé durante el embarazo o el parto.. El contagio durante el embarazo, es poco frecuente, lo habitual es que el contagio ocurra durante el nacimiento cuando el bebé entra en contacto con la sangre y los líquidos de su mamá.
Indicando tratamiento a la madre a partir de la semana 12 de embarazo y hasta el nacimiento del bebé. el virus del VIH desaparecerá de la sangre y el riesgo de infección del neonato pasa a ser mínimo.
La infección se detecta en sangre a través de un test. Se recomienda hacerse el estudio ante alguna situación de riesgo, si se planea un embarazo o como chequeo en alguna circunstancia particular. No se recomienda hacerlo en forma rutinaria y repetida, debido a que se pueden obtener resultados falsos positivos en los exámenes, lo que puede provocar en el paciente una angustia innecesaria. Si alguien considera que necesita realizarse estudios en forma recurrente por situaciones de riesgo , lo invitamos a acercarse al servicio de infectología para asesorarse sobre ellas y como evitarlas.
Hay distintas pruebas, el método más usado el llamado ELISA de cuarta generación. Es uno de los métodos más sensibles y específicos. Se realiza a través de la extracción de sangre.
El tiempo que el organismo tarda en tener niveles de anticuerpos suficientes para ser detectados en los análisis es de aproximadamente cuatro a seis semanas y hasta tres meses, dependiendo de cada persona. Durante ese período, hay virus dentro del cuerpo por lo cual pueden producirse contagios, pero los análisis de anticuerpos dan negativos.
Existe un test rápido que tarda aproximadamente dos horas en dar el resultado, los test habituales lo hacen en 48 horas.
Los datos son confidenciales y anónimos, el resultado se le entrega al médico que lo informará únicamente al paciente. Luego será el mismo paciente quien decida con quien quiere compartir esa información.
Antes de someterse a una prueba del VIH, se le solicitará que firme su consentimiento a la realización de la misma. Habitualmente el paciente ya ha recibido del médico que solicita el estudio toda la información necesaria, sin embargo está en su derecho de realizar más preguntas para resolver dudas.
Hay diferentes tipos de pruebas disponibles:
Toda persona que se somete a las pruebas del VIH debe recibir asesoramiento al recibir los resultados, independientemente de si resultan positivos o no.
Una persona que tiene el virus o creer tenerlo bajo ningún concepto puede donar sangre ni órganos porque de esa forma contagiaría a otras personas.
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