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¿Cuáles son los primeros signos del Alzheimer?

Dr. Roberto Schieffelbein - Servicio de Neurología 

 

El Alzheimer se engloba dentro del ámbito de las demencias. Si bien se considera la más frecuente, y algunas estadísticas llegan a darle hasta el 60% de preponderancia, no es la única.

Demencia en sí llamamos a toda patología en la cual hay una alteración de 2 o más dominios cognitivos. Estos son alteraciones de la memoria, como pueden ser la memoria a corto plazo, o bien la memoria de trabajo, que es muy efímera pero sirve para realizar una acción determinada, por ejemplo, acordarse un número de teléfono antes de discarlo. Otros terrenos cognitivos que pueden sufrir alteraciones son la atención, el lenguaje, la orientación temporo espacial, y las funciones ejecutivas, es decir, todo lo que sea anticipación mental a un hecho, organización mental o que pasos debo seguir para llegar a determinada meta.

El Alzheimer se caracteriza por alterar la memoria episódica, que es aquella autobiográfica, es decir, la que posee los recuerdos de la historia personal de cada individuo. Diferente es la memoria semántica, que es la que se encuentra más asentada, por ejemplo, uno sabe que la capital de Francia es París, pero no recuerda cómo ni donde lo aprendió.

Habitualmente, luego de alterarse la memoria episódica, se altera la memoria a corto plazo, para luego sumarse algún otra área como la atención o el lenguaje, dependiendo del estadio evolutivo en el que se encuentre el paciente.

Primeros signos

Todas las asociaciones de Alzheimer del mundo concuerdan en que hay una serie de puntos que actúan a modo de “señales de alerta”, las cuales no significan que uno tenga la enfermedad, pero justifican la consulta.

Una de ellas es cuando el paciente presenta anomias frecuentes, es decir, falta de nombres. Esto se puede ver en aquellos que al hablar olvidan el nombre de un objeto, por ejemplo, una birome. La persona sabe que es una birome, pero se le olvida la palabra propiamente dicha. En estos casos es habitual que el paciente comience a hacer circunloquios, “dame eso que sirve para escribir” en vez de birome. Otra señal es cuando preguntan varias veces lo mismo, o bien cuentan la misma anécdota 3 o 4 veces, como si no tuvieran conciencia de haberla narrado previamente.

Otro ejemplo es que empiezan a perder frecuentemente llaves o dinero. También pueden tener una alteración de la memoria prospectiva, por ejemplo, olvidan dar los recados que se les pidieron.

A su vez, puede haber algunas alteraciones en las funciones ejecutivas, por ejemplo, una señal podría ser que a una persona que le gusta cocinar, que habitualmente prepara un plato especial, un día se olvide un ingrediente, sin motivo alguno.

La situación es complicada, porque muchas de estas señales nos pueden ocurrir cotidianamente, sin que necesariamente tengamos Alzheimer. Hay otros factores emocionales, como son la depresión, el stress, la falta de sueño, momentos de mucha carga emocional, que podrían simular los mismos síntomas.

Por otro lado, también hay personas que durante toda su vida se olvidaron los nombres de las personas, o las llaves. Es por ello que para poder definir que un paciente tiene Alzheimer, se debe demostrar que la alteración en estas áreas cognitivas marca una diferencia importante respecto al funcionamiento previo.

Diagnóstico

En esta enfermedad, uno de los factores que más influyen es la edad. El Alzheimer generalmente aparece en personas mayores de 60 años, y uno sabe que en ese período de la vida hay alteraciones de tipo existenciales, en donde uno cambia sus metas, o se producen situaciones de reacomodamiento a tu nuevo rol social, y a su vez, es posible que se agreguen otras enfermedades neurológicas como el Parkinson.

Es por ello que es fundamental hacer un diagnóstico apropiado, porque ponerle el sello del Alzheimer a una persona es bastante delicado. Esta patología actualmente es progresiva e irreversible, por lo que el arsenal terapéutico está muy limitado. Lo que los médicos podemos hacer es tratar de enlentecer el progreso de la enfermedad, pero áun no tiene cura.