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¿Cuándo consultar al oftalmólogo?

Dr. Guillermo Iribarren - Jefe del Servicio de Oftalmología 

Niños

A los recién nacidos cuando están en la nursery se les hace un examen del rojo pupilar, y en muchas ocasiones se les realiza un examen de fondo de ojo para comprobar que el aparato visual sea normal.

Luego, los chicos tienen que realizarse un control de agudeza o de comportamiento visual generalmente a partir de los 3 años, que es la edad en la que colaboran lo suficiente como para poder evaluar como está la función visual.

Habitualmente también se aconseja llevar a cabo un control a los 5 años, de carácter preescolar, en donde el profesional controla que no haya ninguna alteración en esta primera etapa de maduración visual que pueda perjudicar el desarrollo de una buena visión.

Es recomendable que los controles se hagan cada 3-5 años, para ver si en ese período surge alguna dificultad, si necesita el uso de algún anteojo, o bien si hay alguna patología que deba ser tratada de modo preventivo. No es necesario que el paciente acuda todos los años a una revisión, ya que a determinada edad,  el niño ya es suficientemente consciente como para comunicar que sufre dolores de cabeza frecuente, o tiene dificultades para enfocar.

Adultos

Aquellas personas que desarrollaron una buena visión, es decir, que nunca tuvieron vicios de refracción como hipermetropía, miopía o astigmatismo,  o que nunca tuvieron alguna otra enfermedad ocular, en general no tienen problemas hasta después de los 35-40 años.
En esa etapa la mayoría de las personas comienzan a requerir anteojos para ver de cerca, por el desarrollo de la presbicia, una de los problemas más frecuentes de consulta.

A partir de ese momento, se aconseja realizar controles preventivos cada aproximadamente dos años, aunque este período puede acortarse de acuerdo a la patología que cada paciente pueda llegar a poseer.

En estos exámenes, se empiezan a hacer controles de la presión ocular, con lo cual se descarta la posibilidad de tener una enfermedad denominada glaucoma. Esta patología no da síntomas, y luego de 10 años puede generar una pérdida de visión, e incluso al cabo de 20 años puede ocasionar ceguera. Aquí radica una de las causas más importantes para realizar los controles preventivos a tiempo.

La consulta se complementa con un examen visual y un fondo de ojo para observar como está la retina y comprobar que el funcionamiento del ojo sea el adecuado.

Luego de los 40-50 años, comienza a aumentar la frecuencia de otro tipo de enfermedades, como las cataratas o la degeneración macular relacionada con la edad. Estas se tratarán de acuerdo a cómo se van desarrollando en cada caso particular.

Ahora bien, es necesario destacar que todas estas recomendaciones son para pacientes que nunca tuvieron problemas. Aquellos que refieran tener visión borrosa, dolores de cabeza relacionados con el esfuerzo visual, dificultad para enfocar, ver “mosquitas”, ardor ocular, o cualquier otro síntoma relacionado con los ojos, es conveniente que consulten con un oftalmólogo, porque puede haber muchos diagnósticos posibles, desde simples hasta complejos.

Por otra parte, los pacientes diabéticos deberán realizarse al menos un examen anual.

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