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Green light. Nuevo tratamiento láser para el agrandamiento de la próstata

Dr. Carlos Ameri - Jefe del Servicio de Urología 

 

Después de los 50 años generalmente comienzan a manifestarse las afecciones de la próstata, sobre todo el cáncer y la hiperplasia benigna, conocida también como adenoma de próstata. Pero hay buenas noticias en el caso de la patología maligna -que aparece cada vez más frecuentemente-. Los casos tomados en sus estadios iniciales “presentan más posibilidades, porque podemos alcanzar entre el 80 y el 95% de curación, lo cual es muy bueno».

«La mayoría de los pacientes necesita radioterapia o cirugía, aunque en algunos casos hacen falta ambos tratamientos» resalta el Doctor Carlos Ameri , Jefe del Servicio de Urología del Hospital Alemán. Además, explica que la mayoría de las patologías prostáticas son benignas, y que incluso «existe una categoría en la que para el paciente las molestias son mínimas, que pueden controlarse sin cirugía. Claro que en los casos más serios, en los que baja la calidad de vida por las dificultades al orinar, se utilizan métodos quirúrgicos mínimamente invasivos, como el Láser Verde”.

La importancia del control temprano

Algunos síntomas de la hiperplasia benigna son «trastornos de la micción: el paciente nota que su chorro de orina pierde fuerza, que lo hace más a menudo -por ejemplo de noche- y que en cualquier momento tiene deseos imperiosos de orinar”. En este sentido, advierte que si no se realiza la consulta a tiempo, la persona puede llegar a “una retención de orina, lo que hace necesario colocarle una sonda en la vejiga, con los trastornos que ello significa, no sólo por las molestias sino por la contaminación con gérmenes de la vía urinaria”.

Al agregar información sobre las patologías de próstata que no son cáncer, el Dr. Ameri destaca que los controles periódicos permiten no sólo advertirlas a tiempo sino también comenzar a controlarlas con medicamentos. Esto ofrece la oportunidad de evitarse una cirugía y, cuando no hay respuesta a los fármacos, va a permitir llegar a la operación en las mejores condiciones posibles. El Doctor resalta que el Láser Verde permite una vaporización de la próstata, con una rápida recuperación: “El paciente queda internado un solo día, lo que no pasa con las otras alternativas quirúrgicas”, detalla.

El tratamiento con Láser Verde

La fibra láser se introduce a través de la uretra y se la hace llegar hasta la próstata, donde el tejido del adenoma prostático es vaporizado en láminas. Al mismo tiempo que evapora los tejidos, coagula y sella los vasos sanguíneos, lo que evita las hemorragias durante y después de la operación.

El Hospital Alemán cuenta con uno de los dos sistemas de láser de luz verde en funcionamiento en el país (hay sólo uno más en América del Sur), habiendo sido utilizado hasta el momento en varios pacientes, todos con resultados postoperatorios espectaculares y ausencia de hemorragias que son las que generalmente complican las cirugías de próstata.

Contra el tumor maligno

En la misma línea, el objetivo de los chequeos es vigilar la aparición de tumores malignos en la glándula, con el beneficio de que un diagnóstico temprano permite -en un alto porcentaje de los casos- atacarlos utilizando “uno solo de nuestros recursos terapéuticos, como puede ser la cirugía o la terapia radiante, y evitar así muchos de los efectos indeseables de cuando es necesario utilizar dos terapias asociadas”, explica el doctor Ameri.

Por eso es que hace un hincapié muy fuerte en estar atento a las patologías prostáticas: recomienda hacerse el control urológico anualmente a partir del cumpleaños número 40, si hay antecedentes de padre o hermanos con cáncer de próstata, o a partir de los 50 cuando no los hay. Obviamente, es también el momento de acudir al urólogo si a cualquier edad aumenta la frecuencia y las dificultades para orinar. “El sistema urinario es muy complejo -completa el Dr. Ameri- y uno trata de sintetizárselo al paciente cuando le explica que los trastornos de la micción son por obstrucción de una próstata agrandada y que el problema fundamental son las altas presiones que se generan en la vejiga, que si no se tratan, perjudican la función urinaria llegando hasta a comprometer los riñones”. El especialista también comenta que, en los hombres que consultan, se nota una gran preocupación sobre la relación entre el problema de próstata y la función sexual, aunque “sólo se pueden ver afectados algunos pacientes con cáncer de próstata, no tienen por qué estarlo los que padecen adenoma de próstata”.

Además, los pacientes que llegan al médico con la patología de próstata en estadios un poco más avanzados, tienen una buena chance con el método del Láser Verde, “procedimiento reservado para próstatas de entre 80 y 100 gramos de peso”, describe el doctor Ameri. “Para próstatas más grandes -puntualiza-, se hacen cirugías a cielo abierto, por eso otro beneficio del control preventivo es evitar que la próstata alcance gran tamaño, porque ahí ya no se puede hacer tratamientos poco invasivos”.

Entre todas las variantes de la cirugía de próstata, en el Servicio de Urología del Hospital Alemán se intervienen entre 100 y 120 pacientes por año. En general, luego de practicársela, la mayoría nos dice ‘¿Por qué no me operé antes?’, revela el doctor Ameri. Por eso, define en forma tajante: “Siempre, nuestro consejo es no decir ‘Me aguanto el problema y no me pasa nada’”.

¿Qué es el chequeo anual de próstata?

Consiste en un tacto rectal, dosaje en sangre de lo que se llama Antígeno Prostático Específico (PSA), ecografía renal y vesicoprostática. En los casos en que el paciente manifiesta trastornos miccionales, se indica una flujometría o un estudio uronidámico completo, que lleva una media hora en total. En cuanto a la edad para comenzar a realizarse este chequeo, para las personas con antecedentes familiares de cáncer (en el padre o hermanos) se solicita un análisis de PSA a los 40 años y, si el laboratorio arroja menos de un nanagroamo por mililitro de PSA en sangre, se pasa a controlar luego de los 45 años. Si –en cambio- el análisis da entre esa cantidad y 2,5 ng/ml, pasa a controlarse todos los años y, si el valor de PSA sobrepasa los 2,5 nanogramos “hay que evaluar la posibilidad de una biopsia de próstata”, explica el doctor Ameri.

El especialista deja bien en claro que “no toda elevación del PSA en la sangre significa que ese paciente vaya a tener cáncer, pero sí que se debe actuar para asegurarse de que dicho aumento no sea por cáncer”. Esto lo que nos permite hacer es llegar a un diagnóstico temprano para mejorar los resultados terapéuticos de aquellos pacientes con cáncer de próstata”, agrega.