Victoria: paciente recuperada de un ACV
Me llamo Victoria y quería contarles mi historia.
Habiendo transcurrido una mañana cualquiera, me ocurrió algo inesperado. Sin comprender la causa, me percaté que no podía hablar. Me preguntaban mi nombre y no podía juntar las palabras.
Al tomar agua, caía por el lado derecho de mi boca. Y cuando intentaba sonreír, sólo lo hacía del lado izquierdo. “Es un ACV”, afirmó mi mamá de forma contundente.
Llamaron a una ambulancia y me trasladaron a la guardia del Alemán. Realicé una resonancia y detectaron una hemorragia en el lado izquierdo de mi cerebro. Fui operada esa misma noche. Y para descomprimir, debieron dejarme sin parte del cráneo.
En terapia comencé a evolucionar favorablemente y mi optimismo se acrecentó. El día que me traspasaron de habitación, canté “Despacito”, de Luis Fonsi. Pero con otra letra: “¡Dees… paaa…ciiiito! ¡Vamos arreglando nuestro cuerpo despacito!”.
Nuevos estudios detectaron una bacteria en mi corazón y realicé un tratamiento con antibióticos para eliminarla. Aprendí a comer, hablar, y caminar otra vez.
Y despacito, volví a realizar cosas que antes naturalizaba. Que eran parte de mi cotidianeidad y las daba por sentado. Finalmente, casi 1 mes más tarde, tuve el alta. Desde ese momento, volví a ser yo.
Distinta, transformada. Pero, paradójicamente, la misma de siempre. Hoy, comprendo que todo lo vivido me enseñó a valorar más las pequeñas cosas. A no dar por sentado disfrutar con mis seres queridos. O de algo tan simple como respirar aire fresco.
El año no había comenzado de la mejor manera. Pero pude canalizar su aprendizaje de forma positiva e incluso, recibirme de arquitecta.
Quiero agradecer profundamente a todos los médicos y médicas del Alemán. Y a todos los profesionales de kinesiología, fonoaudiología, enfermería, mucamas, camilleros y personal de cocina.
A mi familia y amigas, también. En especial, a mis papás, que nunca me dejaron sola. Literalmente, día y noche se turnaron para estar siempre a mi lado.
¡No me alcanza el corazón para agradecerles! Pese a todo, ¡la pasé muy bien! Y fue gracias a todos ustedes.